Fue el lunes 12 de junio de 2017 cuando llegamos a Samsun, nos esperaban el Vicario Apostólico de Anatolia, Mons. Paolo Bizetti y el P. Patrice de Pommerol párroco de Trabzon. La iglesia y la casa habían estado cerradas por ocho años y nadie sabía si había una comunidad cristiana aquí. Nos contactamos con algunas familias iraquíes y tres días después vinieron 25 personas a limpiar la casa y la iglesia.

Para sorpresa de todos, el domingo 18 de junio celebramos la primera misa con unas 40 familias. Una gran comunidad de católicos de rito caldeo, refugiados iraquíes que habían huido de la violencia fundamentalista presente en su país. Poco a poco fuimos conscientes de que la comunidad era aún más grande y que habitaban en las diferentes ciudades: Amasya (a 130 km); Çorum (a 167 km); Tokat (a 225 km) y Yozgat (a 274 km) en su gran mayoría de rito caldeo y la iglesia más cercana a ellos era nuestra iglesia de Samsun.